En esta  escena nos metemos en la piel de un carterista que acaba de detener la policía. Está en nuestras manos (y en nuestras  palabras) poder librarnos (o no) de pasar la noche en el calabozo.

En este ejemplo de diálogo interactivo muestro una conversación ágil entre varios personajes con personalidades y formas diferentes de expresarse. Dispone de más de 8 finales distintos.